A nuevos entornos y canales de comunicación, nuevas amenazas. El ciberbullying es ya una realidad plenamente asentada en el entorno digital, en el que los menores son usuarios tan entusiastas como vulnerables. Y de nada sirve ignorar el hecho; se impone actuar para proteger su bienestar y su vida digital.
Se define el ciberbullying como el acoso reiterado de un menor a otro a través de medios telemáticos, esencialmente internet y telefonía móvil; los espacios privilegiados son las redes sociales, los foros, los videojuegos online y entornos similares. Para considerarse ciberbullying son necesarias dos condiciones: no hay intervención de un adulto ni motivaciones sexuales (formas más graves de ciberacoso).
El impacto psicológico, emocional e incluso físico en la víctima no es pequeño. Miedo, autoculpabilización, tristeza, depresión, aislamiento, somatizaciones (dolores de cabeza o disminución del apetito, por ejemplo), bajo rendimiento escolar y, en los casos más extremos (y por fortuna menos frecuentes), ideas o incluso tentativas de suicidio.
Es posible proteger a nuestros hijos de molestias, humillaciones, hostigamientos o amenazas recibidos a través del móvil o el ordenador. Para ello existen principalmente dos vías. La primera, de carácter preventivo, sería un catálogo de buenas prácticas. La segunda, la última línea de defensa: un seguro contra el ciberbullying.
Esta novedosa solución tiene por objeto proteger al menor y a su familia de los daños que podrían derivarse de los actos de ciberbullying, así como brindar apoyo y asesoramiento legal. Por el momento, este tipo de servicio solamente es ofrecido por el puñado de corredurías de seguros, asesorías y despachos legales que están más en la vanguardia en cuanto a protección digital se refiere.
Como especialistas en ciberseguridad, creemos que las características que debería incluir un buen seguro de ciberbullying serían las siguientes:
Todo apunta a que, conforme se consolide todavía más el desarrollo de las identidades digitales y aumente el peso específico de los aspectos virtuales de nuestras vidas (por ejemplo, nuestros perfiles en redes sociales o nuestra reputación online), este tipo de pólizas de seguros contra el ciberbullying se convertirán en una necesidad tan imperiosa como otro tipo de seguro personales.